Natural Born Killers (1994)

Stone "destroza" una (aparentemente interesante) historia de Tarantino sobre unos serial killers, con vocación de estrellas, que son estimulados en su sanguinoliento periplo por la televisión en directo y el prime time. Con la excusa de denuciar la violencia imperante en nuestra sociedad y la bajeza de los medios de comunicación ante cualquier noticia con morbo, el director crea una pseudopelícula que vomita sin cesar imágenes violentas y efectistas. Su gran mérito no es que apenas tenga hilo argumental -una pareja de criminales que deja un reguero de cadáveres mientras les filman-, ni que la cascada de planos y experimentos de montaje, ópticos y de cámara provoque mareos... lo increíble es que se fuera del prestigioso Festival Internacional de Venecia con el Gran Premio del Jurado debajo del brazo. Al mismísimo Tarantino -que repudia su autoría- le pareció deplorable.

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